Conversaciones de portería entre un vecino y su portero acerca de la voz y el canto, su relación con la persona y su actitud, y otras extrañas ideas que el portero tiene

1d.- De la rara idea de abrir la boca para cantar y cual es la teoria del canto tradicional, según Paulino

-Luis.-Y qué fue lo primero que te hizo pensar que algo no iba bien, a ver.

Al vecino Cifuentes le entretenía tanta narración pormenorizada, pero en su estado actual, ligeramente ansioso de conocimiento, requería algo de “carnaza” técnica  Soluciones prácticas, vamos.

Paulino.-Pues mire, la primera cosa que descubrimos fue que en una ocasión una nota aguda mía sonó mejor cuando no abrí tanto la boca como acostumbraba al vocalizar. Eso me abrió la mente, y fue entonces cuando apliqué el concepto: -puede que lo que me hayan enseñado no sea cierto- a todo lo que había aprendido entonces, cambiando para siempre mi estudio del canto.

Luis.-No sé. A ver, explícame eso de la boca que dices ¿Cómo que no vas a abrir la boca para cantar?

Paulino.- No. No es que no la abra. Sencillamente, me percaté que abría la boca más de lo que la necesidad requería. La apertura era innecesaria y premeditada, antinatural, y eso impedía que la proyección hacia los resonadores fuese correcta. Después de varios ensayos y observaciones, comprobé que sólo hay una posición en la que la mandíbula inferior se encuentra realmente relajada, y es dejando los dientes separados tan sólo dos o tres milímetros. Dejar menos espacio, juntar los dientes, requiere uso muscular, y lo contrario; separar los dientes más allá del punto dicho, de la boca entreabierta igualmente requiere un esfuerzo, una tensión para mantener la boca abierta, añadiendo además tensión a la lengua y músculos de la garganta. Y llegar a esta conclusión abrió otras zonas de debate, porque significaban varias cosas importantes: Tenía que relajar , y más aún, NO HACER algo de lo que estaba acostumbrado, y que dicha posición cambiaba todo mi planteamiento de la respiración.Me sobraba aire.

Luis estaba ya moviendo la mandíbula con la boca cerrada, comprobando lo que Paulino había dicho, dejando relajada la mandíbula inferior, con cara de tonto.

Luis.- Pero así… ¿Cómo se puede cantar? Si no se puede articular las vocales... y además…uno se fuerza a la mínima que cante un poco fuerte, hombre

Paulino.- Es cierto, Sr. Cifuentes, es cierto. Así ni se articula bien y se destroza uno la voz si -y solo si- uno canta como se canta actualmente… Son muchas cosas lo que hay que explicar, todas relacionadas entre sí y no quiero mezclar todo, quiero darle un orden, pero todo me sale como un revoltijo… En fin. Mire, comprendí que la técnica de canto que nos han enseñado, y me da igual qué le han enseñado a usted- porque en el fondo más o menos todos enseñan lo mismo con algunas pequeñas diferencias-es realmente un sistema, una técnica, que aplicándola con cierta capacidad, cuidado, oído musical y suerte, funciona. Funciona en tanto en cuanto da resultados. Y es básicamente así:
A un estudiante  “virgen” vocalmente que quiera cantar, con ilusión, le haces vocalizar repetidas veces los mismos ejercicios, le inculcas la idea que hay que cantar con el diafragma, el estómago, etc., apoyando la voz aquí (se señala el estómago) que empuja los pulmones para cantar, y que hay que abrir la garganta para que salga el sonido, y que por lo tanto hay que abrir la boca para que suene mejor, y que ese esfuerzo debe ser proporcional a la dificultad vocal, y ese alumno progresará. Cada vez conseguirá más notas, cada vez por lo tanto tendrá más seguridad en lo que hace, irá coordinando los "empujes de su diafragma" con las notas y su boca bien abierta, y si tiene gusto y oído para controlar lo que sale de él, podrá adecuar el sonido a algo agradable y reconocible como canto de ópera. Así pues, es un sistema que haciendo los pasos necesarios, funciona. Todo esto se lo cuento de forma muy resumida y básica.

-Luis.- Si. Yo también he estudiado así. Con el diafragma, claro.

-Paulino.-A mí no sólo me enseñaron eso, sino que añadieron la idea de que cantar requería un esfuerzo extraordinario, y mas esfuerzo aún dado lo buena que era -es- mi voz, muy grande y brillante. No existía el concepto “no hacer nada”, tenía que esforzarme…Y así terminé, produciendo unos sonidos apabullantes, pero cada vez con menos fiato y olvidándome de identificar el resultado con  mi voz hablada -la natural- cada vez más.

-Luis. – Hombre, es que si no le echas huevos a la hora de cantar, si cantas “cagao” de miedo, estás perdido, macho…Y si no haces nada, si no le echas, como digo yo, “carne” a la hora de cantar, lo haces todo de garganta. No puedes cantar flojito, “amuermao” una cosa que exige tanto esfuerzo, algo tan difícil…

-Paulino.-Mmmm… ¡Buf, Sr. Cifuentes, ha dicho un montón de cosas en un momento, y todas discutibles! Pero me va a tener que disculpar, que a esta hora tengo que subir a regar el clavel de aire a la del quinto B. Lo siento de veras, pero es un compromiso.
Mire,como siempre en el canto, -Paulino se levanta de su puesto y se dirige al ascensor de museo, que empieza a producir una miríada de sonidos únicos al pulsar su botón- usted emplea un discurso de entrada-o de superficie- razonable, pero como siempre, usa términos tan subjetivos, que sólo son válidos si se determina cuál es la justa medida de éstos…De verdad, Sr. Cifuentes, me tengo que ir…Mañana hablamos de todo esto. Se lo prometo. Hasta luego.

1 comentario:

Augusto Pelaez dijo...

Horreur el uso de negrita para hacer énfasis. No es necesario.