Conversaciones de portería entre un vecino y su portero acerca de la voz y el canto, su relación con la persona y su actitud, y otras extrañas ideas que el portero tiene

1f.- La respiración, parte 1. El des-control del diafragma y otros músculos "abominables"

Y llegó el momento de hablar de la respiración.

Ese día resultó ser una estupenda mañana que en ocasiones regala marzo, que en Madrid puede adelantarse incluso al calor de mayo. Naturalmente esos días inspiran un renovado optimismo y una inusitada vitalidad que habían tomado al Sr. Cifuentes totalmente.

Luis.- ¡Hombre, señor Paulino, muy buenos días! ¡Qué estupenda mañana y qué ganas tenía yo de pillarte otro ratito! A ver, ¿Estás desocupado? ¿Si? Pues si te parece, cuéntame eso de respirar no haciendo nada, que me tiene intrigadísimo. A ver.

Paulino.- ¡Madre mía, Sr. Cifuentes, hoy viene hecho un vendaval! Bien, si, a ver si le puedo explicar esto de forma clara y concisa. A ver si me da mi arte, hombre.

El ataque del vecino Cifuentes, con su pizca de impulsividad infantil hizo mucha gracia al portero, que ya se estaba dirigiendo a su esquina preferida para concentrarse, mientras conservaba una rara sonrisa.

Paulino.- Bueno, empiezo aclarando que cuando recibía clases de canto estaba totalmente perdido– como presumo que todos hemos comenzado al enfrentarnos al tema- en mi búsqueda y entendimiento de la respiración y posteriormente, tras dos años, creí que algo sabía. Esto es: Que llenando la parte inferior de mis pulmones, podría finalmente “retener” el aire y dosificarlo con mi diafragma empujándolo con mis abdominales, que es imagino también lo que usted y lo que todos hemos logrado o creído lograr tras insistir mucho en el canto...-Paulino vuelve su mirada a su interlocutor para cerciorarse, que le respondía positivamente con un pequeño gesto- Si, ¿Verdad? Pues bien, le cuento ahora el final: descubrí que es imposible controlar la respiración de forma voluntaria y que sólo con una actitud relajada, tranquila y segura podemos hacer que funcione correctamente nuestro aparato respiratorio. Sólo así, y sin proporcionar voluntariamente acción alguna.
Luis Cifuentes se había quedado muy callado y quieto. Se había hecho idea de la trayectoria de la curva que había descrito el discurso el portero, y ahora esperaba a que se lo aclarasen.
Mire, Sr. Cifuentes, voy a tratar de explicar todo esto. Empiezo con el diafragma. Ese músculo funciona al contrario que muchos creen. Tiene forma cóncava, de cúpula, al estar relajado (cuando acaba la espiración) y cuando se tensa, se va aplanando hasta finalizar la inspiración. Así que cuando todos creemos que empujamos aire “con el diafragma” no sentimos esa presión, porque realmente es todo lo contrario, una relajación de ese músculo ¿Lo ha sentido así usted? Porque yo no. ¿Usted cree que podemos hacer algo con un músculo relajado? ¿Cómo levantamos el antebrazo, tensando el bíceps o relajando el triceps? Y es más; sólo si todos los demás músculos que inciden en la respiración funcionan (o dejan de funcionar, se relajan) correctamente, la tensión y distensión del músculo del diafragma tendrá una ejecución correcta.

-Luis.- Anda, pues yo creía que el diafragma se tensaba al expulsar el aire, si. Osea, que es al revés...

-Paulino.-Y digo esto porque nosotros creemos poder controlar esos músculos, los abdominales… ¿Sabe que tenemos varias “capas” de músculos abdominales? ¿Usted cree que puede controlar sus músculos oblicuos mayor y menor? ¿De verdad? ¿Y activarlos independientemente del transverso? O mejor, ¿Cuánto esfuerzo es necesario en cada uno, dependiendo de lo que hagamos? Y lo peor de todo es que únicamente controlamos de forma voluntaria el músculo recto mayor del abdomen, el que forma las famosas “tabletas abdominales”…y que contribuye también a la defecación… ¿Ha probado a hablar mientras empuja en el baño, Sr. Cifuentes? -Mira de nuevo el portero al vecino con descaro- Porque inmediatamente cierra la garganta, así  "gnnn..¡No se puede!" -y emite dicha frase con voz apretada y tensa haciendo sonreír a Luis- Porque eso es un acto reflejo de nuestro cuerpo.Si tensamos dicho músculo mientras cantamos o hablamos la voz sonará apretada. Cada vez que escuche un cantante expirando tras la última nota un “ahg”, una especie de suspiro ahogado, significa indefectiblemente que ha apretado previamente su garganta usando esos músculos.

El  Sr. Cifuentes, mientras escucha a su portero, se toca el torso mientras respira y espira, en un acto enormemente exagerado, como estamos acostumbrados a ver en los cantantes; respiraciones extensas más apropiadas para marsopas que para humanos.

-Luis.- Oye, y esto que se levanta cuando tomo aire no es el diafragma?

El vecino enseña aquí la típica tripa de cantante, abultada en la boca del estómago, protuberante.

-Paulino. Sr. Cifuentes, lo que hace es distender ligeramente la parte superior del  músculo recto del abdomen al tiempo que realiza una pequeña presión con los músculos intercostales, haciendo salir ligeramente sus vísceras hacia delante. Eso lo he hecho yo también. Tensiones y más tensiones. Mire en la Wikipedia el dibujo de un diafragma, y verá que las fibras musculares se disponen a los costados y hacia la espalda, apenas hacia el frente, luego no se da de sí tanto cuando se tensa, no "sale hacia delante".

-Luis.- Entonces, ¿Es que no podemos usar el diafragma y los músculos abdominales?

-Paulino.- Nooo, Sr Cifuentes. No es eso. Usamos esos músculos y también otros, según y cómo, que son empleados en casos que el cuerpo considera de urgencia, como toser y realizar grandes esfuerzos; músculos de la espalda, zona pectoral, del cuello y otros…Pero insisto. No somos capaces de coordinar armoniosamente todo ese mecanismo de forma voluntaria. De eso se encarga el bulbo raquídeo y el tronco del encéfalo, que disponen de receptores que captan la presión, el nivel de oxígeno, el control de la inspiración y expiración, etc.
Mire, muy sencillo:
Yo creo que no podemos controlar la respiración ni estando sentados siquiera 10 minutos. Usted pruebe. Con un reloj, propóngase controlar su espiración e inspiración. Pero para eso tendrá que decidir cuánto aire tomar y expulsar estando sentado. Tendrá también que decidir cuánto aire residual deberá dejar en sus pulmones, el ritmo que tomará, si lo impulsa con su abdomen, con intercostales o no… ¿Sabe también que muchas veces sencillamente no hacemos nada, que tras inspirar o espirar nos quedamos un ratito quietos?...Ahora controle todo eso. Yo me apuesto lo que quiera con usted a que termina hiperventilado, con más aire que el que necesita y con el pulso acelerado.
-Luis.-¿y los que hacen yoga?¿Es que no controlan su respiración?
-Paulino-Las personas que no se hiperventilan al respirar de forma voluntaria, deben conseguirlo contemplando su cuerpo respirar, sin pensar cuánto aire tomar ni expulsar, Sr. Cifuentes.
-Luis.- Ah...bueno...si