Conversaciones de portería entre un vecino y su portero acerca de la voz y el canto, su relación con la persona y su actitud, y otras extrañas ideas que el portero tiene

1h.- De cómo se explica que "cantar con tu voz" no es tan obvio

A Luis le había mareado tanto la ensalada que Paulino hizo entre el canto, la fe, el aire y su obstinado "no hacer", que había acabado más confuso que antes, pero como le corroía la curiosidad y el tema le atraía, volvió al portero otro día, para recibir más andanadas.
-Pues, - le contó Paulino otro día que le pilló por banda-,  ahora voy a introducir mas bolas a mis malabarismos circenses, Sr. Cifuentes. Hay una cosa más a tener en cuenta, y es nuestra propia voz.
-Luis.- Hombre, si no hacemos nada, como tú dices, a la voz de uno tampoco le haremos caso ¿no?
-Paulino.-Efectivamente. No tendríamos que poner de nuestra parte para cantar con nuestra voz, pero antes deberíamos pensar primero qué significa esa cosa tan obvia de cantar con nuestra propia voz, y tras esto, comprobar si verdaderamente cantamos con ella.
-Luis.- !A ver si resulta que voy a cantar con la voz del panadero!
-Paulino.- Ríase, Sr. Cifuentes, ríase, pero no es tan tonta la cosa. La voz humana es capaz de producir mil sonidos distintos a través de sus múltiples herramientas: la posición de la garganta, a través de la combinación de sus músculos; tensos y/o relajados, o las muchas posiciones de la lengua, de la mandíbula y de la glotis, que inciden no sólo en la posición natural o forzada de las cuerdas vocales, sino en las vocales y sonoridades resultantes. Ahora pensemos: nuestra voz, esa voz con la que hablo yo ahora mismo, ¿Quién dice que es el resultado más natural de las múltiples combinaciones que la voz humana puede conseguir? Los niños reciben como parte de su aprendizaje la forma que tienen sus padres de hablar. La boca más o menos abierta, la voz más o menos caída, o una voz áfona directamente. Si usted me conociera ahora por vez primera, y en vez de hablar como hablo le saludara con un efusivo "¿Qué tal Sr. Cifuentes? - dijo el portero con una voz ronca, llena de aire, que hacía daño oírle- ¿qué pensaría usted entonces, que yo hablo así porque he nacido con la voz ronca? No señor, soy tan capaz de hablar mal como bien, sólo que en mi caso he tenido la suerte de haber recibido una razonable educación vocal ¿Y cómo sé que es buena? Pues por las ideas fundamentales de claridad, poco esfuerzo y proyección aún hablando alto o gritando. Estas premisas pueden aplicarse tanto para hablar como para cantar.
Verá que acabo de dar las pautas principales para que uno mismo pueda estudiar solo. Nadie, absolutamente nadie puede decirnos si lo que hacemos nos cuesta poco o es natural. Sólo podrían decir si el resultado es bonito o feo, malo o bueno, pero la sensación íntima que todo cantante tiene es personal e intransferible, y es deber del propio cantante ser sincero consigo mismo para reconocer que no esta emulando a alguien, ni imitando la idea de algo.
El pobre Sr. Cifuentes no entendió de la perorata ni la mitad, pero el final sí que lo cogió. -¿imitar la idea de algo?
-Paulino.-Sí señor. Unos más que otros, dependiendo de nuestra capacidad, podemos imitar a nuestros cantantes preferidos, o bien, imitar "su forma de hacer". Pongamos un ejemplo; ¿no ha escuchado cómo muchos jóvenes hablan con "voz de barrio"? Los humanos, sobre todo en la adolescencia, se agrupan en tribus, y su forma de hablar es un signo de identidad. La voz no sólo vale para hablar o cantar, comunicamos muchas mas cosas con ella. Refleja nuestro interior y muchas veces, lo que pretendemos ser.
-Luis.- Me viene ahora a la mente el periodista Jesús Hermida, con esa pose tan poco natural, tan pretenciosa al hablar.
-Paulino.- "Bueno macho, ya era hora que aportaras algo", pensó. -Exacto, Sr. Cifuentes, podemos usar nuestra voz para aparentar cosas que no somos y que queremos ser, transmitir seguridad, conocimientos, cercanía...todo eso puede colorear nuestra voz real. Debemos despojarnos de todo eso. Y hay una manera, como le he dicho: claridad, mínimo esfuerzo y máxima proyección. Todas a la vez.
Mire, así comenzamos casi todos los que nos iniciamos en el canto. El problema es que nuestra voz, en el punto de partida suena tan descarnada, es tan poco interesante...no se parece en nada a los cantantes que admiramos, así que inmediatamente corremos a colorearla, o peor aún, la enmascaramos con la de alguien reconocido, para no sentirnos tan expuestos. Para recorrer esos duros inicios sin necesidad de cubrirnos, es preciso seguridad en nosotros mismos, y la paciencia asistida por una fuerte convicción de que poco a poco, continuando con los mencionados principios, sacaremos lo mejor de nuestro verdadero potencial.
Curiosamente, cuando esa máscara (no estoy hablando de la máscara de la proyección vocal todavía) que colorea nuestra voz nos proteje, sentimos menos vergüenza al cantar...Quizá sólo tu mismo puedas verla, o tal vez todos, si fuera demasiado notable...
-Luis.- ¿Pero cómo sabe uno si su voz es clara? Pues anda que no hay "aes" claras...A, a, Aa...-el vecino profirió un muestrario vocal, dedicándole una boca y apertura personalizada a cada ellas para demostrarlo...
-Paulino.-Claridad, poco esfuerzo y proyección, Sr. Cifuentes. Recuerde qué le dije cuando le hablé de la colocación natural de la mandíbula. ¿Hace algo para abrirla, mantenerla quieta, etc?¿Ha tomado voluntariamente aire? y sobre todo: ¿Qué quiere usted decir, está comunicando esa palabra o letra? ¿O mas bien lo que pretende es emitir un sonido; que sea bello, apabullante o como quiera que sea su intención?
-Luis.-Joder Paulino. Yo creía que únicamente decía "A" ¿Crees que tenemos todas esas cosas en la cabeza cada vez que abrimos la boca? Esto parece una terapia más que canto.
-Paulino.-Algo de eso tiene, Sr. Cifuentes, si. Luego le cuento.

No hay comentarios: