Conversaciones de portería entre un vecino y su portero acerca de la voz y el canto, su relación con la persona y su actitud, y otras extrañas ideas que el portero tiene

1i.- Que no y no. Que la voz no cambia

Menuda se montó. Todo comenzó por un comentario del tema que mencionó de soslayo el Sr. Cifuentes al portero uno de esos días de conversaciones.
-"...y claro, sonaba lírico, porque era joven, pero con el tiempo pudo con Radamés al hacerse más spinto..."

-Paulino.-¿Qué?¿Perdón?¿Cómo que se fue haciendo más spinto?¿Usted cree que la voz cambia, Sr. Cifuentes?

-Luis.- Pues claro, Paulino. La voz va cambiando con el tiempo. Uno es más ligero cuando empieza, y la voz va madurando. Hay multitud de casos, hombre...

-Paulino.-Me va a perdonar usted que le corte aquí. Pero esto tiene que quedar claro: Sr. Cifuentes, la voz no cambia. Y voy a echar mano del método científico para demostrárselo, aunque lo científico a duras penas tenga cabida en esto del canto. Mire:
Para demostrar que realmente la voz humana cambia con los años, debería usted encontrar casos de cantantes que con la misma emisión, pronunciando siempre las mismas vocales, haciendo lo mismo que en su juventud, tuviesen un resultado distinto en la madurez de su carrera. Y le digo yo que después de escuchar esos cientos de casos que usted menciona, ninguno hace lo mismo. Todos modifican sus vocales, añaden sonoridades de la boca y emplean más esfuerzo para hacernos creer o creerse ellos mismos que su voz ha cambiado. Pero lo único que cambia es su canto.No tengo idea de por qué, pero las cuerdas vocales apenas cambian con el tiempo. Lo que sí cambia es, por supuesto, el físico del cantante. Nunca tendrá la misma musculatura y todavía menos si encima fuerza o canta con vicios importantes; el sobre-esfuerzo muscular acabará imponiéndose y el resultado siempre se verá disminuido. Pocos son los casos de cantantes de largas carreras vocales, pero casi siempre encontrará en esos casos uniformidad en su canto; siempre harán lo mismo que al principio, involuntaria o deliberadamente.
Y, aunque no soy amigo de poner ejemplos, ya que prefiero que los encuentre usted, he escuchado la misma voz en Alfredo Kraus, Schipa o Kozlovsky a sus 20 y a sus 65, siempre con el mismo timbre, aunque le flaquease la musculatura y su capacidad resultase mermada con el tiempo.Tener clara esta idea es vital, porque si el cantante tiene en su mente que su voz cambiará, cambiará sus vocales, coloreará su voz poquito a poco, justificándose en su "desarrollo vocal". En esto también influyen otros factores. Ya sabe lo tentador que es el mundo del canto dramático, no sólo por lo apasionante que es cantarlo y vivirlo, sino también, por qué no decirlo, lo bien que pagan y el prestigio que da cantar un pedazo de Tristán, que tan pequeño club tiene de socios...Hay que tener la cabeza bien amueblada -cualidad incompatible con algunos cantantes, me temo- para centrarse en el repertorio para el que realmente valemos, sea el que sea.
Resulta irónico que los que creen que la voz cambia a más grave con el tiempo, puedan ver con claridad que un señor que antes cantaba de barítono luego resulte un tenor al cantar distinto, y no sólo distinto, siempre al cantar mejor. El cambio lo da el canto, no la voz. En cualquier caso, si esa misma gente escuchara grabaciones del joven Lauritz Melchior cantando de barítono, todos descubrirían al instante que era un tenor, aunque sean incapaces de encontrar el tenor que esconden otros cientos de barítonos que admiran, y que les cantan con turbias voces delante de sus narices.Más curioso resulta que estos cambios de voz provocados son en su mayoría tenores que primero cantaban Rigolettos y que terminan con apetecibles Otellos, o sopranos mozartianas que metamorfosean en wagnerianas, pero esta regla no se aplica en todos los casos. Es decir, las contraltos no se transmutan en tenores ¡Ni los bajos acaban todos su carrera en coros rusos con voz de ultratumba!
La voz no cambia. Insisto, Sr. Cifuentes. Cambia lo que podemos hacer con nuestra voz según nuestra capacidad física y/o las ideas del canto que le apliquemos. Hay gente que pierde masa muscular antes que otros, aunque la trabaje,sí; pero el color vocal intrínseco no cambia, solamente el resultado quedará más limitado. Cambia su cuerpo o su canto, o ambas cosas.

-Luis.- Bueno, bueno, Paulino, cómo te pones...Ya sabes que por el momento no lo discuto. Lo comprobaré escuchando grabaciones en casa y luego te digo...pero yo creo que es normal que uno cuando empieza, cante más ligero...

-Paulino.-¿Y no será que parece, que suene ligero porque sencillamente canta deficientemente, con la laringe alta y el cuello agarrotado por la inseguridad? Cuidado, Sr. Cifuentes, que "Sonar" o "parecer" se confunde muy a menudo con "ser" en el mundo del canto, sinuoso mundo, señor mío.
Escuchamos principalmente a los cantantes a través de grabaciones, una imagen más bien bidimensional,carente de profundidad. Y cuando nos encontramos en un teatro a un cantante de dos dimensiones, sin proyección, lo aceptamos como válido al ser su resultado similar a nuestras versiones preferidas.
En esto fallan cantantes, profesores de canto y directores, no crea. Únicamente les guía el grosor sonoro resultante, sin percatarse que ha sido creado con vocales falsas y sonoridades artificiosas, pero como les recuerda a tal o cual famoso cantante... Este es uno de los grandes males del canto actual, Sr. Cifuentes, si no el mayor de todos.
Cante honestamente, con claridad, con la mayor economía de medios y sin pretender nada más que hablar, declamar o gritar las notas que el compositor le ha escrito, y le aseguro que sonará igual a los 20 que a los 50. Hallará la diferencia en la cantidad de notas que pueda cantar al día, y que, naturalmente, reducirán su repertorio vocal. Será más habitual que se le caiga la voz, que pierda tono vocal al día siguiente, claro. Ya no saltará tan alto como cuando era joven, pues claro. Pero ni su complexión cambia, ni su estructura ósea, como tampoco su cuello, resonadores ni las cuerdas, que serán los mismos, pero con más edad.

-Luis.- ¿Que grite las notas? Me deja perplejo, Paulino..de eso vamos a tener que hablar otro día. Hasta luego, que se me hace tarde.

Y perplejo se fue.

No hay comentarios: